Dieciséis, por fin dieciséis
Mercedes le abrazó antes de levantarse de la cama y un beso que llevaba dibujado en el aire la ternura y el cariño de tantos años juntos se posó sobre su mejilla y poco después en sus labios. Resultan tan clásicos los “esta vez sí” que todavía mantienen esa esencia de que hay que repetirlos una vez más. Así que Cruz se levantó con la sensación de que ese estar donde hay que estar volvería hoy a su ser. Solo necesitaba unas dosis de tranquilidad, quietud y esperar a que la suerte, la suya y la de quien quisiera abrazarla, convenciera a las olas del mar a hacer su trabajo.
Y apareció Cruz, su cómplice de los buenos deseos, quien conseguía que las mañanas fueran de la mano de sus humildes ambiciones por recuperar, quien era capaz de reflejar la complejidad del día en un trazo con sentido, simple, de seguido, demostrando que la vida en realidad transcurre paso a paso si vas caminando por ella con cuidado, esmero y sin tentar a los sobresaltos. Cada uno encontraba en el otro esa pizca complementaria que les ilusionaba en cada día. Entenderías a Alf en la medida que conocías a Cruz, y viceversa.
Dejó sus aparejos bien colocados, firmes, ganando el respeto de quien pasaba a su lado y se fundieron en un abrazo que recordaba aquellos reencuentros de la infancia después de un verano separados. Cruz se echó un poco hacia atrás, sorprendido, para comprobar que era cierto que por la cara de Alf descendía una lágrima y no entendía por qué. Pensó por un momento en su mujer, “esta, cómo se llamaba, porque vive ¿verdad?”. No era momento de respuestas ni siquiera de tentar pregunta alguna. Bastó sentarse juntos, mirar la suave bruma que destapaba una nueva mañana y que los colores del día se fundieran con calma sobre el lienzo. “Hoy voy a hacer un dibujo a cada una de mis hijas para dárselos al salir del cole porque tengo dos hijas ¿sabías?”.
Aquí tienes todos los relatos. Gracias una vez más por estar “aquí” y por dedicar un tiempo de tu día. Me propuse este ejercicio #DieciséisDel21 para dejar reflejados los mismos días de nuestras vacaciones de verano. Recogí el guante de hace un año con el reto #dieciséis. Y de nuevo ha merecido la pena. Gracias por acompañarme estos días. Nos seguiremos viendo y espero que leyendo. ¡Salud!.